No sé exactamente cuándo decidí convertirme en escritora. No recuerdo ya si fue cuando tenía ocho, nueve o bien diez años. Tal vez lo decidí el año pasado, o puede que la semana anterior. Tampoco importa demasiado.

De lo que sí que me acuerdo es de por qué lo decidí y hay más de una razón.

La primera: lo debo. Hace mucho tiempo, caí en una inmensa tristeza. Me olvidé por completo de los sentimientos. No me acordaba de cómo se reía, de cómo se lloraba, de cómo se sonreía. También me olvidé de ser feliz, simplemente me conformaba con fingir que lo era, para contentar al resto del mundo. Pero eso me hacía daño, ya lo creo que lo hacía.
Entonces, no recuerdo cómo, un libro cayó en mis manos. Y lo comencé a leer, curiosa.
Todas esas oraciones, palabras, expresiones, personajes, todo, todo me hizo recordar. Y entonces encajó la pieza que faltaba en el puzzle de mi cabeza. Me sentí completa.
Si ése libro hizo tanto por mí, yo quería hacer lo mismo por alguien.

La segunda: Hace tiempo, una persona me dijo que, si me lo proponía, conseguiría cambiar el mundo. Y creo que puedo hacerlo. Por eso, imaginaré el mundo que deseo y lo plasmaré en libros.
Porque quiero un nuevo mundo

La tercera: Como dije en un concurso de minirrelatos –que, por cierto, gané- una canción me hizo querer cambiar el mundo, y le prometí algo a tres personas. Esto se lo escribí a una de ellas:
"Because you was change the world with only one song
I want change that with my stories
You and me wish the same
Now I ask you that:
When the world is better…
Do you want dance that
With me in the heaven?"

"Porque tú cambiaste el mundo con sólo una canción,
Yo quiero cambiarlo con mis historias,
Tú y yo deseamos lo mismo
Ahora, te pregunto esto:
Cuando el mundo sea mejor…
¿Querrás bailar esa
Conmigo en el cielo?"
Porque se lo prometí a ellos.

La cuarta: Escribir es mi pasión. Me encanta inventar historias, además, dicen que tengo talento, y mi carrera me importa más que nada…y que nadie; porque las personas que quieres se van tan rápido como vienen, como un parpadeo, como estrellas fugaces. Al final lo único que te queda son tus sueños.
...y porque si deseas algo con fuerza, se cumple.